Tratamientos farmacológicos y terapéuticos para el tinnitus
Aunque ningún fármaco elimina por completo el tinnitus, algunos pueden reducir su intensidad y la angustia que provoca, mejorando tu bienestar.
Tratamientos farmacológicos para el tinnitus
Diversos medicamentos se han probado en el tratamiento del tinnitus, con resultados variables. Es importante destacar que ningún fármaco garantiza la desaparición total del zumbido, pero algunos pueden reducir su intensidad o la angustia asociada. Entre los más estudiados están amitriptilina, clonazepam y acamprosato, que describimos a continuación. También mencionaremos otras opciones farmacológicas investigadas y su evidencia.
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Amitriptilina (antidepresivo tricíclico)
La amitriptilina es un antidepresivo tricíclico que inicialmente se empleó para tratar la depresión, pero también se ha estudiado en pacientes con tinnitus, especialmente cuando este se asocia a síntomas depresivos o de ansiedad. Algunos estudios pequeños sugirieron que la amitriptilina podía mejorar los acúfenos en ciertos pacientes, particularmente aquellos con depresión concurrente. En estos casos, se observó que al mejorar el estado de ánimo del paciente, disminuía la puntuación de molestia del tinnitus, lo que indica que parte del beneficio podría deberse a su efecto sobre la depresión. Sin embargo, cuando se analizan en conjunto múltiples ensayos clínicos, la evidencia no es concluyente, una revisión sistemática de la biblioteca Cochrane (que evaluó varios antidepresivos, incluyendo amitriptilina, nortriptilina, etc.) no encontró pruebas suficientes de que los antidepresivos alivien directamente el tinnitus. La amitriptilina podría ayudar a algunos pacientes (sobre todo si tienen depresión asociada), pero no funciona en todos y no “cura” el zumbido.
Efectos secundarios: la amitriptilina tiene efectos secundarios relativamente frecuentes, ligados a su acción sobre el sistema nervioso y autónomo. Muchos de ellos son efectos anticolinérgicos: por ejemplo, puede provocar sequedad de boca, estreñimiento, visión borrosa y somnolencia o sedación. También es común cierta baja de presión arterial al ponerse de pie (hipotensión ortostática), lo que puede causar mareos, especialmente en adultos mayores. Otros efectos pueden incluir aumento de peso o alteraciones en el ritmo cardíaco en dosis altas. En raras ocasiones aparecen confusión o dificultades de concentración. Debido a la sedación que provoca, se suele recomendar tomarla por la noche y tener precaución al conducir. Siempre se debe usar bajo supervisión médica, ajustando la dosis gradualmente para minimizar estas molestias.
Clonazepam (benzodiacepina ansiolítica)
El clonazepam es una benzodiacepina, un tipo de fármaco sedante que se usa para la ansiedad, insomnio o convulsiones. Dado que muchos pacientes con tinnitus sufren ansiedad o insomnio, y que las benzodiacepinas tienen un efecto calmante sobre el sistema nervioso, se han estudiado en tinnitus con cierta eficacia. En particular, el clonazepam ha mostrado resultados positivos: un estudio clínico comparativo encontró que clonazepam redujo significativamente la intensidad, duración y molestia del tinnitus en una proporción notable de pacientes (por ejemplo, ~74% de los participantes reportaron menor volumen del zumbido y ~79% menos molestia), en contraste con un placebo como Ginkgo biloba que no mostró mejoras. Otros estudios con benzodiacepinas como alprazolam (otro ansiolítico similar) también reportaron alivio en algunos pacientes con acúfenos crónicos. Estos fármacos podrían ayudar a “atenuar” la percepción del ruido o al menos a calmar la reacción emocional frente a éste.
Efectos secundarios: al ser un depresor del sistema nervioso central, el clonazepam produce somnolencia, cansancio y relajación muscular con mucha frecuencia. Los pacientes pueden sentir debilidad, mareos, falta de coordinación o equilibrio (ataxia) y lentitud en los reflejos. También puede afectar la memoria y la concentración (por ejemplo, causar olvidos a corto plazo). En ciertos casos, especialmente en personas mayores o en niños, paradójicamente puede causar efectos opuestos a los deseados, como inquietud, insomnio, o agitación en vez de sedación. Un punto muy importante es que las benzodiacepinas pueden generar tolerancia y dependencia si se usan por tiempo prolongado; es decir, el cuerpo se acostumbra y puede requerir dosis mayores para el mismo efecto, y al intentar suspenderlas aparecen síntomas de abstinencia (ansiedad rebote, insomnio, incluso convulsiones en casos severos). Por ello, los médicos suelen recetar clonazepam solo por periodos cortos (unas semanas) o como apoyo temporal, vigilando de cerca al paciente. Los pacientes deben evitar mezclarlo con alcohol u otros sedantes, ya que esto potencia la somnolencia y la depresión respiratoria. En resumen, clonazepam puede aliviar el tinnitus en algunos casos, pero su uso debe ser cuidadoso por el perfil de efectos secundarios y riesgo de adicción.
Acamprosato (modulador neurotransmisor)
El acamprosato es un medicamento originalmente utilizado para ayudar a mantener la abstinencia en el alcoholismo. Actúa modulando los sistemas de neurotransmisores glutamato y GABA en el cerebro, que también se han implicado en la fisiopatología del tinnitus. La idea de usar acamprosato para el tinnitus surgió hace algunos años, y varios estudios han explorado su eficacia. Los resultados iniciales fueron prometedores: un ensayo clínico realizado en Brasil reportó un alto índice de éxito (alivio del tinnitus en aproximadamente 86.9% de los pacientes tratados) durante 3 meses de tratamiento con acamprosato, frente a un grupo placebo. Casi la mitad de los tratados tuvieron más de un 50% de mejoría en sus síntomas, con pocos efectos adversos registrados. Este estudio llevó a cierto entusiasmo sobre el acamprosato como posible terapia. Investigaciones más recientes, sin embargo, han mostrado resultados más modestos. En un ensayo controlado de 2020, con dosis de acamprosato administradas durante un mes, no todos los pacientes mejoraron en las pruebas audiométricas, pero sí se observó una reducción significativa en las escalas de severidad del tinnitus (cuestionario de impedimento por tinnitus, escalas analógicas de molestia) comparado con el placebo. En otras palabras, quienes tomaron acamprosato reportaron en promedio menos impacto del tinnitus en su vida diaria que quienes tomaron placebo. Esto sugiere que el acamprosato podría brindar alivio subjetivo en algunos casos, aunque no sea una cura universal. La evidencia todavía es limitada y a veces contradictoria (algunos estudios pequeños no encontraron diferencias notables), por lo que se consideran necesarios más ensayos para determinar en qué pacientes y condiciones funciona mejor.
Efectos secundarios: el perfil de seguridad del acamprosato es relativamente benigno en la mayoría de las personas. Los efectos secundarios más frecuentes afectan el sistema digestivo: puede producir diarrea, gases o malestar estomacal, y en ocasiones pérdida de apetito. También se han reportado mareos o debilidad, algo de ansiedad o insomnio en algunos pacientes. Otros efectos incluyen sequedad de boca, picazón en la piel y sudoración. Por lo general, estos síntomas son leves y tienden a disminuir con el uso continuo. A diferencia de las benzodiacepinas, el acamprosato no crea dependencia. Sin embargo, debe usarse con precaución en personas con problemas renales (ya que se elimina por riñón) y evitarse en mujeres embarazadas a menos que el médico lo indique. En resumen, el acamprosato es bien tolerado, pero cada persona puede reaccionar distinto, así que se debe informar al médico si los efectos secundarios son intensos o persistentes.
Otras alternativas farmacológicas investigadas
Además de los fármacos anteriores, se han probado otras medicaciones en busca de aliviar el tinnitus, con distintos grados de éxito. A continuación, mencionamos algunas de ellas:
Benzodiacepinas similares al clonazepam: como comentamos, medicamentos de esta familia (p. ej. alprazolam, usado para la ansiedad) han mostrado eficacia en algunos estudios. En un ensayo doble ciego, alprazolam logró reducir la intensidad del tinnitus en cerca de 76% de los pacientes tratados (comparado con 5% en placebo), indicando un efecto real. No obstante, los riesgos de sedación y dependencia son equivalentes a los del clonazepam, por lo que su uso debe ser restringido y siempre supervisado. Estos fármacos pueden considerarse cuando el tinnitus provoca mucha ansiedad o insomnio y otras opciones no han funcionado.
Antiepilépticos (anticonvulsivos): dado que el tinnitus podría implicar una hiperactividad neuronal en las vías auditivas, algunos medicamentos anticonvulsivantes se estudiaron para “calmar” esa actividad. La gabapentina, por ejemplo, mostró resultados inconsistentes: ciertos estudios pequeños sugirieron una posible reducción del tinnitus en algunos individuos, especialmente si el tinnitus estaba asociado a trauma acústico, pero otros ensayos no encontraron diferencias significativas con el placebo. Una revisión concluyó que no hay evidencia suficiente para recomendar gabapentina rutinariamente en tinnitus. Otro anticonvulsivo, la carbamazepina, a veces se usa empíricamente si se sospecha un tinnitus de origen neural específico (por ejemplo, en casos de disparos erráticos de nervios), pero no existe una prueba sólida de su eficacia general. En resumen, los antiepilépticos no han dado resultados contundentes, aunque podrían intentarse en subtipos particulares de pacientes según criterio médico.
Antidepresivos modernos: además de la amitriptilina, se evaluaron antidepresivos más nuevos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) – por ejemplo, paroxetina y sertralina – y otros como trazodona. En general, no se han visto beneficios claros sobre el tinnitus en pacientes sin depresión. Un estudio con paroxetina no halló mejora significativa vs placebo, excepto quizá en un subgrupo con dosis altas, pero la evidencia es débil. Dichos fármacos podrían ayudar si el paciente tiene depresión o ansiedad notables, mejorando su estado anímico, lo cual indirectamente podría hacer más llevadero el tinnitus, pero por sí solos no parecen bajar el volumen del zumbido.
Otros fármacos estudiados: ha habido intentos con una variedad de sustancias. Por ejemplo, la lidocaína intravenosa (un anestésico local) puede silenciar temporalmente el tinnitus en algunos individuos, pero su efecto es de corta duración y no es práctico como tratamiento crónico, además de que en algunas personas incluso empeora el zumbido tras administrarla. Medicamentos vasodilatadores o para mejorar la circulación en el oído interno (como betahistina) se usan si se sospecha un componente vascular o de síndrome de Ménière, aunque su eficacia específica en tinnitus es limitada.
Suplementos y remedios alternativos, hemos hablado de ellos en otros artículos pero productos como el Ginkgo biloba (un extracto de hierba), muy popular y publicitado para el tinnitus, han sido estudiados en múltiples ensayos. La evidencia científica indica que el Ginkgo no es más efectivo que un placebo para aliviar el tinnitus, es decir, tomarlo o no tomarlo suele dar igual en términos de mejoría objetiva. Una revisión concluyó que su aparente beneficio en algunos casos probablemente se deba al efecto placebo o a mejoras pasajeras, pero no ofrece una solución real al problema. De manera similar, otras intervenciones alternativas como la melatonina (hormona del sueño), la acupuntura o suplementos de zinc no han mostrado evidencia sólida de eficacia. Pueden ayudar en aspectos indirectos (por ejemplo, la melatonina podría mejorar el sueño en algunos pacientes y así hacer más llevadero el tinnitus nocturno), pero no reducen el ruido en sí de forma consistente.
Ningún fármaco garantiza la eliminación del tinnitus en todos los pacientes. Algunos, como hemos visto, pueden brindar alivio parcial – ya sea reduciendo la intensidad percibida o mejorando síntomas asociados (ansiedad, insomnio, depresión) – pero la respuesta varía mucho de persona a persona. Por ello, el tratamiento farmacológico suele individualizarse: un médico puede proponer una prueba terapéutica con cierta medicación, evaluar resultados y tolerancia, y ajustarla o cambiarla según la mejoría obtenida. Siempre es crucial considerar la relación riesgo-beneficio, es decir, si la reducción del zumbido vale la pena frente a los posibles efectos secundarios del fármaco.
Terapias no farmacológicas para el tinnitus
Paralelamente o en lugar de medicamentos, existen terapias no farmacológicas que han demostrado utilidad para manejar el tinnitus. Muchas de ellas se enfocan en reducir la percepción del ruido o en modificar la reacción emocional y psicológica del paciente ante ese estímulo, facilitando la habituación. A continuación describimos algunas de las principales:
Terapia de reentrenamiento del tinnitus (TRT): es un método desarrollado en los años 1990, basado en la habituación. Combina asesoramiento personalizado y terapia de sonido. A grandes rasgos, la TRT busca “reentrenar” al cerebro para que deje de prestar atención al tinnitus y lo considere un sonido neutro o irrelevante. En las sesiones, el terapeuta educa al paciente sobre qué es el tinnitus (quitándole el miedo de que sea algo grave) y enseña estrategias para restarle importancia. A la par, el paciente utiliza generadores de sonido de bajo nivel (sonidos suaves constantes, a menudo a través de dispositivos similares a audífonos) que enmascaran parcialmente el pitido y ayudan a que el cerebro se acostumbre a su presencia. Con el tiempo, esta combinación reduce la contrastación entre el silencio y el tinnitus, favoreciendo que este último se “funda” con el ambiente. La evidencia científica respalda la TRT como una terapia efectiva: estudios han mostrado mejoría clínica significativa no solo en la intensidad percibida del sonido, sino también en la discapacidad o angustia asociada; además, estos beneficios se mantienen a largo plazo después de concluida la terapia. Es decir, los pacientes aprenden a vivir con el tinnitus de tal forma que ya casi no les molesta. Eso sí, la TRT requiere tiempo (meses de entrenamiento) y compromiso por parte del paciente.
Estimulación acústica y enmascaramiento: esta categoría incluye el uso de sonidos externos para aliviar el tinnitus, sin un componente conductual tan estructurado como la TRT. Un enfoque común es el enmascaramiento acústico, que consiste en emplear algún ruido de fondo (por ejemplo, ruido blanco, sonidos de la naturaleza como lluvia, olas del mar, o música suave) para “tapar” o minimizar la percepción del zumbido. Te recomiendo este dispositivo que suco (clic aquí). Muchas personas encuentran alivio al tener siempre un sonido ambiental, especialmente en entornos silenciosos donde el tinnitus se nota más (por ejemplo, utilizar una máquina de ruido blanco o un ventilador al dormir puede ayudar a que el pitido pase a segundo plano). Estas estrategias no eliminan el tinnitus, pero lo hacen menos evidente y facilitan la relajación y el sueño. Sin embargo, en estudios controlados, la terapia de enmascaramiento por sí sola no ha demostrado beneficios duraderos una vez que se quita el sonido enmascarador. Es decir, funciona mientras el ruido externo está presente, pero no genera un cambio permanente en la condición. Aún así, dado que es segura y accesible, se suele recomendar como parte del manejo diario: cada paciente puede experimentar con distintos sonidos de fondo para encontrar el que mejor le ayude a disminuir la molestia de su acúfeno.
Terapia cognitivo-conductual (TCC): esta es una forma de psicoterapia orientada a modificar pensamientos y conductas negativas asociados al tinnitus. No busca eliminar el sonido, sino cambiar la manera en que la persona lo enfrenta. Un psicólogo o psiquiatra especializado guía al paciente para identificar creencias o reacciones automáticas ante el tinnitus (por ejemplo, catastrofizar pensando “este ruido me está volviendo loco” o prestar atención excesiva al sonido constantemente) y reemplazarlas por interpretaciones más adaptativas. También se entrena al paciente en técnicas de relajación y manejo del estrés, dado que la ansiedad tiende a empeorar la percepción del zumbido. La TCC ha acumulado bastante evidencia a favor: ayuda a reducir el impacto emocional del tinnitus y mejora la calidad de vida. En varias investigaciones, los pacientes que pasaron por terapia cognitivo-conductual reportaron menos angustia, mejor estado de ánimo y mejor capacidad de realizar sus actividades a pesar del tinnitus, en comparación con grupos sin tratamiento psicológico. Además, la TCC no tiene efectos secundarios físicos y sus beneficios pueden ser duraderos al dotar al paciente de herramientas psicológicas para toda la vida. Por ello, suele recomendarse como parte integral del abordaje del tinnitus crónico, especialmente cuando hay mucho sufrimiento o síntomas de depresión/ansiedad asociados.
Otras intervenciones y estrategias: existen otras terapias que se han explorado o que complementan el tratamiento del tinnitus. Por ejemplo, técnicas de relajación, meditación mindfulness, yoga o ejercicios de respiración pueden ayudar a controlar el estrés y la ansiedad que exacerban el tinnitus. Algunos pacientes refieren que prácticas como el yoga o el tai chi, al mejorar la relajación general, les disminuye la percepción del zumbido o al menos la reacción frente a este. También es importante tratar problemas relacionados: si el paciente tiene pérdida auditiva, el uso de audífonos puede no solo mejorar la audición sino también atenuar el tinnitus, pues al amplificar sonidos externos el interno se hace menos notorio. En cuanto a tecnologías más avanzadas, se está investigando el uso de estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS), que consiste en aplicar pulsos magnéticos en regiones cerebrales relacionadas con la audición para intentar modular la actividad neuronal anómala. Los resultados hasta ahora han sido mixtos (algunos pacientes mejoran y otros no), por lo que sigue considerándose experimental. Otro campo en desarrollo es la estimulación bimodal (acústica combinada con estímulos eléctricos en otras partes del cuerpo, como el nervio vagal o la lengua) para promover la plasticidad cerebral y reducir el tinnitus, con algunos reportes iniciales interesantes pero aún sin un protocolo establecido.
Las terapias no farmacológicas ofrecen esperanza de alivio al enseñar al cerebro y al paciente a convivir mejor con el tinnitus. Muchas veces, el enfoque más efectivo es multidisciplinario, combinando varias estrategias: por ejemplo, usar sonido ambiental + terapia psicológica, o fármacos a corto plazo + TRT, según las necesidades individuales. Cada persona puede requerir un “traje a la medida” en su tratamiento, y es válido ir probando diversas técnicas hasta hallar cuáles le brindan mayor bienestar.
Consejos para mejorar la calidad de vida con tinnitus
Además de los tratamientos médicos o terapéuticos, existen medidas cotidianas y hábitos saludables que pueden marcar una gran diferencia en cómo se sobrelleva el tinnitus. Aquí reunimos algunas recomendaciones generales para ayudar a quienes sufren de acúfenos a mejorar su calidad de vida:
Protege tu audición de ruidos fuertes: la exposición a sonidos intensos puede agravar el tinnitus o contribuir a su aparición. Es importante evitar ambientes muy ruidosos cuando sea posible, y usar protección auditiva (tapones para los oídos, orejeras) en conciertos, discotecas, fuegos artificiales, o al operar maquinaria ruidosa. Incluso en actividades cotidianas, como escuchar música, mantén un volumen moderado. Cuidar la audición no solo previene un mayor daño auditivo, sino que puede evitar que el zumbido aumente.
Mantén hábitos de vida saludables: “Lo que es bueno para tu salud en general, es bueno para tus oídos”. Llevar una dieta equilibrada puede influir positivamente: por ejemplo, se aconseja reducir la sal en las comidas, ya que una ingesta alta de sodio a veces empeora la percepción del tinnitus. También conviene moderar el consumo de cafeína, alcohol y tabaco, puesto que estas sustancias en exceso pueden intensificar los acúfenos en algunas personas. No se trata necesariamente de eliminarlos por completo, pero sí de evitar abusos. En cambio, incluir frutas, verduras, ácidos grasos saludables (como los del pescado, nueces) y mantenerse bien hidratado favorece la salud vascular y neurológica, lo cual podría ayudar a los oídos. Por último, controlar factores como la presión arterial y la ansiedad mediante estilo de vida (ejercicio, descanso) también puede repercutir en un tinnitus más manejable.
Practica la relajación y haz ejercicio regularmente: el estrés y la tensión tienden a hacer más notable y molesto el tinnitus. Por ello, es muy útil incorporar técnicas de relajación en el día a día. Puedes probar con ejercicios de respiración profunda, meditación mindfulness, yoga, tai chi u otras actividades que te ayuden a calmar la mente. Muchas personas con acúfenos encuentran alivio cuando logran reducir sus niveles de estrés. Asimismo, realizar actividad física de forma regular (como caminar, andar en bicicleta, nadar o el deporte que prefieras) tiene beneficios múltiples: mejora la circulación, libera endorfinas (que son analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo) y reduce la ansiedad. Un cuerpo activo y relajado suele lidiar mejor con el tinnitus que uno tenso. Encuentra una rutina que disfrutes y sea sostenible para ti; a veces algo tan sencillo como dar un paseo diario o estiramientos suaves por 15 minutos puede marcar la diferencia.
Cuida tu descanso y utiliza sonidos para dormir: dormir bien es fundamental, ya que la falta de sueño puede empeorar la percepción del tinnitus y generar un círculo vicioso (más cansancio, más se siente el zumbido). Si el tinnitus te dificulta conciliar el sueño, considera estas medidas: establece horarios regulares para acostarte y levantarte, crea un ambiente tranquilo y cómodo en tu habitación, y evita las pantallas o estímulos fuertes justo antes de dormir. Muchos pacientes se benefician de usar ruido blanco o sonidos relajantes durante la noche. Por ejemplo, dejar una música suave de fondo, sonidos de la naturaleza (lluvia, olas) o dispositivos de ruido blanco puede enmascarar el pitido y ayudarte a quedarte dormido más fácilmente. Existen aplicaciones móviles y aparatos específicos para generar estos sonidos. También puedes practicar ejercicios de relajación en la cama, como la técnica de respiración 4-7-8 (inhalar 4 segundos, sostener 7, exhalar 8) u otras, para aliviar la tensión corporal. Si aun así el insomnio persiste, coméntalo con tu médico; a veces un breve curso de terapia cognitiva o alguna ayuda farmacológica temporal puede restablecer el patrón de sueño.
Busca apoyo y comprensión: no enfrentes el tinnitus en soledad. puede ser muy útil conectarte con otras personas que pasan por lo mismo, ya sea a través de grupos de apoyo, foros en línea o asociaciones de pacientes. Compartir experiencias, consejos y simplemente desahogarse con alguien que entiende el problema puede aliviar la carga psicológica, soy psicólogo y realizo acompañamiento enseñando a manejar la ansiedad y el estrés. Trabajo de manera online para toda España y Latinoamérica. También, explica tu condición a familiares y amigos cercanos; que ellos sepan que tienes un zumbido constante puede ayudar a que te brinden apoyo emocional y comprendan si en algún momento te sientes irritado o necesitas un entorno más tranquilo. Si el tinnitus te está generando mucha ansiedad o depresión, no dudes en buscar ayuda profesional de un psicólogo o terapeuta: la salud mental es un pilar importante en el manejo de los acúfenos. Recuerda que millones de personas viven con tinnitus y muchas han encontrado formas de adaptarse y ser felices; no estás solo en esto, y con la orientación adecuada se puede mejorar.
El tinnitus es un desafío, pero existen múltiples caminos para enfrentarlo. Desde fármacos que pueden atenuar el ruido o sus efectos secundarios, hasta terapias de habituación, apoyo psicológico y cambios en el estilo de vida, cada medida suma para recuperar el control sobre tu bienestar. La clave está en informarse bien (con bases científicas), tener paciencia para probar qué funciona en tu caso, y mantener una actitud proactiva y positiva. Si sufres de tinnitus, apóyate en profesionales de la salud (otorrinos, audiólogos, psicólogos) y en tu red de apoyo personal. Con el enfoque adecuado, es posible reducir significativamente la molestia del tinnitus y mejorar tu calidad de vida a pesar de ese “ruidito” en el oído.
Fuentes: estudios científicos y revisiones sobre tinnitus, información de entes médicos y publicaciones especializadas, entre otros, tienes abajo las referencias.. Todas las recomendaciones están basadas en evidencia disponible y guías clínicas actuales. Espero que este artículo te haya brindado claridad y opciones para manejar el tinnitus de forma informada y efectiva.
¡Ánimo, y a por una vida con mayor tranquilidad auditiva!
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Referencias en formato APA 7
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Alex